"Un equipo internacional de investigadores ha
encontrado una relación entre los fríos inviernos de Europa y la
actividad solar. Concretamente, el estudio ha analizado las temperaturas
en las diferentes etapas del ciclo solar (que dura 11 años) y ha
determinado que los inviernos inusualmente fríos coinciden con la baja
actividad solar, cuando las manchas del Sol son mínimas.
El centro de este estudio es el río Rhin (Alemania) y el estudio
de su congelación. "El equipo se decidió por el Rhin porque tiene una
congelación especial, tan simple como 'hay hielo o no hay', nunca hay
medias tintas", ha indicado el autor principal, Frank Sirocko, que ha
apuntado que la gran longitud del río indica que se necesitan
temperaturas muy extremas para que se congele totalmente.
Así, ha explicado que, desde principios del siglo XIX hasta
mediados del XX, los pescadores y marineros del Rhin tienen registros
anuales de cuando el hielo ha obstruido la vía fluvial y el transporte
marítimo. Utilizando estos documentos, así como otros relatos
históricos, los científicos encontraron que, entre 1780 y 1963, el Rhin
se congeló en varios lugares 14 veces diferentes.
De estos datos, determinaron que 10 de las 14 congelaciones
ocurrieron durante los años en los que el Sol tenía manchas solares
mínimas. Gracias al uso de métodos estadísticos, los científicos han
señalado que existe una probabilidad del 99 por ciento de que todos los
inviernos extremadamente fríos en Europa Central coincidan con épocas
bajas en el ciclo solar.
Sirocko ha señalado que es "la primera vez que se ofrecen datos
estadísticos sólidos de que la sucesión de inviernos fríos durante los
últimos 230 años en Europa Central tienen una causa común".
Los investigadores han explicado que, cuando el número de manchas
solares está bajo, el sol emite menos radiación ultravioleta. Menos
radiación significa un menor calentamiento de la atmósfera terrestre, lo
que provoca un cambio en los patrones de circulación de los dos niveles
más bajos de la atmósfera, la troposfera y la estratosfera.
Estos cambios producen fenómenos climáticos, como la Oscilación
del Atlántico Norte, y un patrón de variaciones de presión atmosférica
que influye en el viento en el Atlántico Norte y el comportamiento del
clima en las regiones de Europa y sus alrededores.
"Debido a este efecto indirecto, el ciclo solar conduce a
anomalías en las temperaturas regionales en vez de hacerlo de manera
global en toda la Tierra", ha apuntado el investigador."
Extraídos de Europapres.es
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